en invierno con el sol
con las nubes en verano.






martes, 24 de junio de 2008

Tomado del Homenaje al III Congreso de la Lengua


Señores: Un servidor
Pedro Pérez Paticola,
cual la Academia Española
"Limpia, Fija y da Esplendor".
Y no por ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.

¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?

¿Por el acento?
Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio y presidió,
ni de tomas a Tomás
ni de topo al que topó.

Mas dejemos el acento,
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés,
y pasemos a otro cuento.

¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro,
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?

Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.

De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza

De igual manera me quejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.

Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se le llamará ladrón.

Porque la sílaba "on"
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se lo llame Ramón.

Y por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.

Y sobra para quedar
convencido el más profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar...

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Tiroteados por el deshielo

Los osos polares de Groenlandia se ven obligados a nadar hasta Islandia ante la falta de alimento

La imagen de un oso polar tiroteado en las costas de Islandia es uno de los últimos signos del calentamiento del planeta. Tras siete meses de hibernación en Groenlandia, los osos polares que despierten esta primavera se encontrarán un panorama muy diferente al que vivieron la pasada. Frente a las llanuras heladas en las que solían cazar focas para recuperar el peso perdido durante el largo invierno, los osos amanecen ahora en una superficie en deshielo, y donde las focas ya no crían.
Y es que el Ártico llegó a su mínima extensión de hielo el año pasado, según explica el investigador del CSIC, Carlos Duarte, y aunque este año se ha recuperado, la diferencia es que la capa helada es más fina de lo habitual y no soporta la tonelada de peso que puede llegar a pesar un oso.
De los 7,8 millones de kilómetros cuadrados que ocupaba el hielo ártico en 1980, se pasó el año pasado a tan sólo 4,2 km2. La falta de alimento y la lucha por la supervivencia han llevado a que dos osos polares naden a la deriva durante cientos de kilómetros desde Groenlandia a Islandia.
Corrientes oceánicas
Ésta es una distancia que un buque tarda en recorrer cinco días, y que estos plantígrados han cubierto en más de una semana. “La corriente oceánica les arrastra hacia Islandia”, explica Duarte. La única posibilidad de que el oso sobreviva es que se lance al mar, a la busca y captura de presas en una tierra desconocida. Sin embargo, a su llegada a la costa islandesa, el animal no sólo no encuentra focas, sino que en el caso del segundo oso llegado esta semana a Islandia, las autoridades decidieron abatirlo a tiros ante los posibles ataques a la población.
La situación del oso polar es delicada, ya que, según las últimas estimaciones científicas, la capa de hielo se derrite cada año a mayor velocidad y en 2015 podría llegar a desaparecer la superficie helada del Ártico, y con ella muchas especies, entre ellas el oso polar.
(leido en 'Publico' el 20/06/08)